Los jardineros tienen sus propios métodos probados para cultivar los mejores tomates. Es posible que haya oído hablar del uso de cáscaras de huevo, cáscaras de plátano, posos de café y otros fertilizantes naturales. ¿Alguna vez te has preguntado por qué se recomiendan estos productos? De hecho, existen muchos mitos sobre los consejos para promover el crecimiento y garantizar la salud de las plantas. Hoy hacemos balance de la salazón del tomate y sus verdaderos beneficios. ¡Sigue leyendo para saber más!

¿Cuánta sal hay que ponerle a los tomates?

De hecho, no es la sal que utilizamos en los platos a la hora de cocinar. En el jardín utilizamos sal de Epsom. Esto es de gran beneficio para las plantas de tomate cuando hay deficiencia de magnesio. La sal de Epsom es en realidad el nombre común del compuesto químico sulfato de magnesio. Los jardineros lo recomiendan para una variedad de problemas de plantación, desde crecimiento deficiente hasta hojas amarillentas. ¿Cuándo y cómo se utiliza este producto en las plantas? Proporcionamos las respuestas a continuación.

¿Cuándo se deben salar los tomates? ¿Cómo se utiliza la sal de Epsom?

  • Remedios para las hojas amarillentas

Hay muchas razones para el color amarillento de las hojas de las plántulas de tomate: riego deficiente, enfermedades fúngicas y problemas de plagas. Pueden ser fáciles de resolver o indicar la muerte inminente de las plantaciones.

Uno de esos problemas que es fácil de solucionar (si tiene sal de Epsom a mano) es la deficiencia de magnesio. Como ya hemos comentado, este nutriente es uno de los principales componentes de esta sal y su uso ayuda a combatir rápidamente las carencias y ayudar a que los tomates se recuperen rápidamente. En este caso, lo mejor es pulverizarlo directamente sobre las hojas y tallos. Mezclar una cucharada con 5 litros de agua caliente y rociar generosamente las plantas.

Después de rociar toda la planta, puedes regar la tierra con el agua restante. El mejor momento para aplicar es por la mañana para que las hojas tengan tiempo de secarse y absorber el producto antes de que el sol las queme.

  • Mejorar el sabor de los tomates.

El magnesio y el azufre son dos micronutrientes importantes para las plantas. El magnesio juega un papel esencial en la fotosíntesis, mientras que el azufre participa en la producción de enzimas y proteínas. Aunque sólo se necesitan en pequeñas cantidades, marcan una gran diferencia en la salud de los tomates.

Una fertilización adecuada y regular contribuye significativamente al crecimiento y sabor de los tomates. Rociar las hojas con sal de Epsom es una excelente manera de aumentar la ingesta de micronutrientes de las plantas, pero también puedes agregar una pequeña cantidad a tu regadera. La solución de cuidado ideal es una cucharada por cada 30 cm de altura de la planta. Reparte esta cantidad en dos riegos por semana y tus plantas quedarán bien nutridas. ¡Cuando llegue el momento de la cosecha tendrás los tomates más sabrosos!

  • Espolvorea sal sobre los tomates para estimular su crecimiento.

Cuando las plantas de tomate obtienen todo lo que necesitan, crecen como se esperaba y producen una cosecha abundante. Si faltan ciertos nutrientes, las plantas no pueden crecer adecuadamente. Esto es especialmente cierto para el magnesio. Sin él, las plantas no pueden realizar la fotosíntesis, privándolas del combustible que necesitan para crecer. Incluso en condiciones de iluminación perfectas, una planta con menos clorofila no puede procesar la luz solar adicional y convertirla en energía química.

Utilice sal de Epsom para restaurar los niveles de micronutrientes en el suelo y sus tomates crecerán y producirán más frutos: el objetivo final de todo jardinero. Puedes aplicar el producto directamente como pulverización foliar o para riego.